Ni hablar respecto al palenque que funciona a todo vapor en el recinto ferial de Acapantzingo gracias a la logística desplegada por el empresario Federico Figueroa, quien sabe mucho sobre este tipo de espectáculos. Fuera de eso, la Feria de la Flor está resultando un auténtico fracaso, aunque las autoridades municipales capitalinas aseguren lo contrario. El terreno de la avenida San Diego, propiedad de la familia Estrada, es el sitio indicado para la colocación de circos y hasta centros de vacunación contra el Covid-19, pero jamás servirá como un verdadero recinto ferial, a la manera de otras importantes ciudades mexicanas.
Empero, la problemática de la trístemente célebre Feria de la Flor de Cuernavaca no comenzó en el gobierno a cargo del alcalde José Luis Urióstegui Salgado, quien se conformó con darle al pueblo en esta ocasión una probadita de pan y circo. No. Son muchos los presidentes municipales que nunca consiguieron devolverle al evento la calidad de sus primeras ediciones o algunas realizadas en el mal llamado recinto ferial de Acapantzingo. Por el contrario, se prestaron a lucrativas corruptelas.
RED DE CORRUPCIÓN
La decadencia de la Feria de la Flor Cuernavaca es el resultado de una prolongada red de corruptelas; la falta de planeación por parte del Ayuntamiento citadino; el capricho del alcalde por llevarla a cabo sin tener asegurado un recinto ferial; y el impacto del intenso desarrollo comercial propiciado en la capital morelense y su zona conurbada por grandes tiendas de autoservicio y departamentales. Y aunque el más reciente fracaso se le está endilgando concretamente a la administración de dicho alcalde, en realidad el problema se gestó hace muchos años.
Además, la problemática enfrentada por los organizadores del evento no es privativa de Cuernavaca y otras localidades morelenses, pues se repite aceleradamente con otras ferias regionales a nivel nacional, aunque cabe subrayar que en el caso de la cuernavaquense el mayor conflicto radica en la no disponibilidad de un predio propio y adecuado para su realización.
Hay quienes opinan que la mejor época de la Feria Cuernavaca fue el bienio 2001-2002, con Carlos Pedroza, entonces secretario de Desarrollo Económico, y los regidores municipales Jesús Giles Sánchez (finado) y Víctor Sánchez Trujillo al frente del comité organizador, teniendo como escenario los terrenos de Acapantzingo, posteriormente inmersos en un conflicto de intereses y corruptelas sobre los pagos efectuados por el Ayuntamiento a cargo de José Raúl Hernández Avila (2000-2003) a ejidatarios que vendieron ilegalmente esos predios.
El Ayuntamiento de Urióstegui Salgado, al no disponer de aquel escenario, rentó en la avenida San Diego un terreno propiedad de la familia Estrada, donde la comuna está haciendo el ridículo, amén de que ahonda el problema de imagen decadente de por sí ya soportado por Cuernavaca.
Las comparaciones son odiosas, pero es necesario hacerlas para ubicar a la capital morelense y las autoridades municipales en su mediocre dimensión. Según se observan las cosas, Cuernavaca difícilmente podrá disponer de un “Poliforum” como el de León, Guanajuato, el recinto ferial más grande de México. Ese complejo consta de 67 hectáreas, divididas en tres zonas: área de exposiciones y convenciones, de recreación y de fomento a la cultura. Puede haber ahí, simultáneamente, noches tema, charreadas, peleas de gallos, funciones de cine en una pantalla de “imax” (la más grande de Latinoamérica) y toda clase de espectáculos y exhibiciones. No es un simple “tianguis” como la Feria Cuernavaca. Además, el “Poliforum León” es sede anual de 78 convenciones y exposiciones, logrando mantener mensualmente una ocupación promedio de 78 por ciento. Es decir: se trata de un recinto ferial autofinanciable que también complementa y promueve la ocupación hotelera de la zona.
MULTIFACTORIAL LA DEBACLE
Sería injusto responsabilizar sólo a la administración de Urióstegui Salgado respecto a lo acontecido con la Feria Cuernavaca 2023, pues la problemática del evento es multifactorial. Para explicar la decadencia de esta y otras ferias regionales es necesario buscar algunos antecedentes históricos.
Bernal Díaz del Castillo, el soldado cronista, se sorprendió al observar lo que a todas luces fueron las raíces de nuestro sistema comercial y las ferias regionales:
“Desde que llegamos a la gran plaza, que se dice Tlatelulcu (hoy Tlatelolco), quedamos admirados de la multitud y mercaderías que en ella había y del gran concierto y regimiento que en todo tenían. Cada género de mercaderes estaban por sí y tenían situados y señalados sus asientos”.
Esta es la única constancia escrita del siglo XVI con la cual contamos sobre el tema que hoy nos ocupa.
En su relato Bernal Díaz del Castillo describe las transacciones y a los comerciantes de plumas, pieles, telas, oro, sal y cacao, así como animales vivos y sacrificados para el consumo; verduras, frutas y madera, sin faltar los lapidarios dedicados a sacar las finísimas navajas de obsidiana. En síntesis, los productos y comercialización de todo aquello indispensable para la compleja sociedad prehispánica de la gran capital del mundo mesoamericano que para esos momentos vivía los últimos días de su esplendor y gloria.
Hecho prisionero Moctezuma II en compañía de Itzcuauhtzin -gobernador militar de Tlatelolco-, el gran mercado fue cerrado para desabastecer a los invasores, iniciándose así la resistencia en un último intento por salvar a la nación y su cultura, ya amenazadas de muerte. La costumbre de cerrar el mercado a manera de protesta o presión se ha repetido con buenos resultados a lo largo de nuestra historia.
Sin embargo, para entender el debilitamiento de determinados mercados (entendidos así los sistemas internos de comercialización de productos en las ciudades), y comprender el aniquilamiento de las ferias locales y regionales existentes en toda la República Mexicana, los cuales fueron sustituidos por sistemas de consorcios comerciales, es importante mencionar el aniquilamiento de las antiguas ciudades, como fue el caso de Tenochtitlan, cuyas rutas comerciales tradicionales que partían desde los más remotos confines fueron decayendo. Luego seguimos con este tema.
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