Al menos 29 personas han muerto por los fuertes tornados que han azotado el medio oeste y sur de Estados Unidos, dejando miles de viviendas destrozadas, decenas de miles de hogares sin electricidad y hasta provocando el colapso del tejado de una sala de conciertos.
El número exacto de fallecidos se desconoce y podría aumentar en los próximos días a medida que los servicios de emergencia de los estados más afectados recorren las calles para evaluar los daños y encontrar supervivientes, a veces yendo incluso puerta por puerta.
Hasta ahora, las autoridades locales han confirmado la muerte de doce personas en Tennessee, cinco en Arkansas, cinco en Indiana, cuatro en Illinois, una en Alabama, otra en Misisipi y un fallecido más en Delaware.
Ante el devastador impacto de los tornados, el presidente de EU, Joe Biden, anunció este domingo que el Gobierno federal prestará a los estados la asistencia que sea necesaria tanto para atender las necesidades inmediatas como para ayudar en las labores de reconstrucción en el largo plazo.
“No podemos hacer nada para llenar el vacío que ha quedado en los corazones de tantas familias que perdieron a sus seres queridos este fin de semana, pero estaremos a su lado en cada paso del camino mientras se recuperan”, prometió el mandatario en un comunicado.
Biden ya ha declarado el estado de emergencia en Arkansas con el fin de que las autoridades estatales puedan tener acceso a los recursos del Gobierno federal.
Además, el presidente conversó por teléfono este fin de semana con la gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, y con los alcaldes de Little Rock, Frank Scott, Jr., y Wynn, Jennifer Hobbs, que representan dos de las ciudades de Arkansas más impactadas por los tornados, detalló la Casa Blanca en un comunicado.
Biden también habló por teléfono con el gobernador de Illinois, Jay Robert «J.B.» Pritzker, y con el gobernador de Delaware, John Carney, para transmitirles que su Gobierno les ayudará en todo lo que sea necesario, añadió la Casa Blanca.
Los tornados, que golpearon el viernes por la noche el medio oeste y sur de EE.UU., han dejado a su paso un rastro de destrucción con árboles y postes eléctricos arrancados del suelo, así como viviendas destruidas que se han convertido en montones de escombros, según las imágenes que muestran las televisiones del país.
Little Rock, la capital de Arkansas, es una de las ciudades más afectadas y al menos 2.600 viviendas han resultado dañadas, según un comunicado del Ayuntamiento.
Otra de las localidades más afectadas en Arkansas es Wynne, de 8.000 habitantes, y donde los fuertes vientos destrozaron el tejado y las ventanas del instituto y dañaron también viviendas y negocios.
La administradora de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell, quien está coordinando la respuesta federal al desastre, recorrió este domingo esos dos municipios de Arkansas para evaluar los daños y prometió que los servicios de emergencia federales ayudarán en las labores de rescate y limpieza.
“Sabemos que hacen falta todos los niveles del gobierno, incluidos voluntarios, para atajar una devastación como la que hemos visto hoy”, dijo este domingo Criswell en un mensaje en Twitter.
CON INFORMACIÓN DE EFE.
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