A menos de un mes de su cumpleaños número 36, Lionel Messi debe decidir adónde jugará la próxima temporada.
Tiene sobre la mesa tres ofertas, cada una con sus propias características y particularidades.
La primera, que le llega al corazón y que le cierra en lo afectivo, es la de Barcelona. Un “Last Dance” con su excompañero Xavi Hernández como entrenador ante el público que lo vio nacer como futbolista. La segunda apunta al bolsillo: entre 400 y 440 millones de euros por un año le ofrece Al-Hilal, de Arabia Saudita, el país que ya tiene a la Pulga como imagen y embajador deportivo. La tercera es de otro destino conocido, en el que la familia del capitán argentino tiene hasta una casa: Inter Miami, de la MLS estadounidense. El campeón del mundo en Qatar 2022 definiría su futuro en los próximos días.
La primera certeza se conoció en las primeras horas de este jueves: Messi disputará contra Clermont su último partido con la camiseta de PSG. El año de contrato opcional, que parecía firmado en diciembre pasado, quedará en la papelera de reciclaje. El argentino se irá sin mediar un solo euro y tras conseguir tres títulos: dos ligas de Francia y una Supercopa. Y lo hará con números estelares en su segunda temporada: 21 goles y 20 asistencias. En total, lleva 74 partidos, 32 tantos y 35 pases de gol. La incógnita, entonces, es su próximo destino.
En Castelldefels (Barcelona) está el corazón de los Messi. En su caserón, de hecho, quedó Hulk, el dogo de Burdeos que Antonela, su mujer, le regaló en 2016. En condiciones normales, y con el Barcelona pujante de hace unos años, la decisión ya estaría tomada y todos en Cataluña hablarían ya del retorno de La Pulga.
Pero el equipo catalán tiene problemas financieros y políticos. Precisa que LaLiga le apruebe su plan de viabilidad financiera, una promesa por escrito de que ahorrará 200 millones de euros en las próximas temporadas. Necesita, además, comenzar a vender futbolistas para hacerle lugar en la foja salarial al argentino.
Fuente: Yahoo
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