ANÁLISIS
Por Jorge Messeguer Guillén
Viernes 3 de febrero de 2023
Esta semana se dio a conocer la creación de una plataforma política denominada Méxicolectivo, iniciativa comprometida con la Agenda 2030. Los convocantes son figuras relevantes del ámbito político, social, educativo, intelectual y hasta deportivo.
En la construcción de esta plataforma participó el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (CCS), sin embargo el día de la presentación no acudió. Días antes envió una carta argumentando su ausencia a razones de carácter político. Como suele suceder, la ausencia se convirtió en fuerte presencia.
La reacción del presidente López Obrador en la mañanera del día siguiente fue muy dura en contra de CCS; aunque reconoció que el ingeniero es un precursor del movimiento democratizador de México, al participar en la iniciativa mencionada lo calificó como adversario de la 4T. Para el presidente sólo hay de dos sopas: o estás con el pueblo, obviamente encarnado en su persona, o en contra, no hay más opción.
Diversas voces se manifestaron en solidaridad con el ingeniero Cárdenas; Rosario Robles calificó de una crueldad infinita, de una desmemoria y deslealtad la actitud del hoy presidente; le recordó que gracias a la lucha encabezada por Cárdenas en 1988, el rompió con el PRI, se unió a la fundación del PRD llegando a ser su presidente nacional, jefe de gobierno de la ciudad de México y presidente de la República.
Un día después se da a conocer la carta del ingeniero Cárdenas en donde se deslinda del grupo promotor de Méxicolectivo; el presidente López Obrador rectificó su dicho y suavizó las palabras reconociendo lo que nunca debió olvidar. Hay que precisar que CCS se deslindó de la iniciativa días antes del evento de presentación. Sin embargo, la carta se dio a conocer después de que el presidente lo calificara como adversario.
Esto propició que la carta de deslinde se interpretara como una reacción de Cárdenas a las palabras del presidente. Más aún si tomamos en cuenta que su hijo Lázaro Cárdenas Batel trabaja en la oficina del presidente como Coordinador de Asesores.
A mí me parece que no es así, seguramente CCS tiene sus motivos para no seguir en la plataforma que él mismo ayudó a construir, y esos argumentos no tienen nada que ver con el humor del presidente ni con el puesto que ocupa su hijo en presidencia.
Cuauhtémoc Cárdenas está por encima de eso, él mismo ha manifestado en varias ocasiones sus diferencias con el gobierno de AMLO; el ingeniero tiene la suficiente autoridad moral y política para no dejarse amedrentar por quien él mismo invitó al movimiento democrático.
Por otro lado su hijo Lázaro Cárdenas Batel tiene su propia trayectoria política, y que por decisión propia está en la 4T, del lado del pueblo sabio diría el presidente; sus razones tendrá de estar ahí y de seguir estando después de lo que está pasando.
La pregunta es ¿por cuánto tiempo más seguirá Lázaro Cárdenas trabajando para un gobierno que cada día se aleja más del proyecto democrático por el que su padre luchó desde la década de los ochentas? Junto con gran parte de la izquierda mexicana sentaron las bases de la democracia que hoy todavía tenemos, con sus aciertos y sus defectos, perfectible y dinámica, pero al fin democracia.
¿Hasta cuándo? sería la pregunta a Lázaro.
En mi opinión sería muy bueno que un liderazgo como el de Lázaro Cárdenas, tomara distancia de la 4T, para sumarse a la construcción de una alternativa democrática que permita detener el avance autoritario y permita retomar el camino de la modernidad democrática con pleno respeto a las instituciones y a las personas.
Su abuelo el General Cárdenas tomó distancia del jefe máximo de la revolución, propiciando el desarrollo institucional; su hijo el ingeniero Cuauhtémoc tomó distancia del PRI y abrió las puertas al cambio democrático; quizá sea la hora que Lázaro tome distancia de la 4T para retomar el camino de la modernidad democrática.
Cuando el planteamiento es: estás conmigo o serás considerado mi adversario, se cierra el espacio del diálogo y debate de las ideas, requisitos indispensables en una democracia. Desde aquí le digo al presidente que yo no soy su adversario, ni quiero serlo, aunque no esté de acuerdo con sus políticas y su modito, como diría el clásico.
Aspiro como millones en este país, a tener un presidente democrático que al asumir el cargo asuma la representación de todas y todos los mexicanos, no sólo de su grupo; que se coloque en el centro como un gran árbitro que gobierna las contradicciones de una sociedad desigual, diversa, plural, para conducirla por el camino del progreso, en un mundo cada vez más complejo. Mis respetos para el Ing. Cárdenas, su liderazgo moral está más vigente que nunca.
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