PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda
Viernes 6 de enero de 2023
El jueves 31 de octubre de 2019, luego del llamado “culiacanazo”, el entonces secretario de Seguridad Pública del Gobierno Federal y hoy gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, compareció ante la Cámara de Diputados, citado para la glosa del Primer Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
En esa ocasión, tras los hechos ocurridos el 17 de octubre anterior, cuando fuera aprehendido y a las pocas horas liberado, Ovidio “el ratón” Guzmán, Durazo declaró textualmente “Esta persona en nuestro país, ustedes no lo van a creer, no tiene en nuestro país una orden de aprehensión”. Y continuó: “Hay una orden de detención con fines exclusivos de extradición, lo que significa que los delitos por los que se le acusa han sido cometidos en otro país y no en México”.
En efecto, parece increíble que, incluso habiendo una petición formal de los Estados Unidos para la captura y entrega de Ovidio, el gobierno de López Obrador no tuviera una carpeta de investigación judicializada, con orden de aprehensión, por delitos cometidos en México, cuando este mismo gobierno lo señaló como uno de los líderes más importantes del crimen organizado.
A fines del 2019 y hasta el día de ayer, el joven de 32 años, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, cuyo padre se encuentra preso y sentenciado de por vida en una prisión norteamericana, debió haberse sentido intocable, más todavía con las muestras de deferencia de Andrés Manuel, como el saludo a su abuela, que se hizo famoso en todo el mundo.
Ayer, los habitantes de Sinaloa padecieron un escenario de guerra, de confrontación directa entre las fuerzas militares y los miembros del crimen organizado, en el intento de forzar la liberación del capo. Hoy, en varios estados de la República, las alertas se han disparado, por el miedo, el terror que ocasiona solamente pensar lo que pudiera ocurrir.
Hace un par de horas, el gobierno mexicano fijó su posición, en voz de Rosa Icela Rodríguez y del propio López Obrador. Un mensaje en la mañanera que me parece más dirigido a los cárteles que a la población en general: no están tratando de ganar una guerra, sino de construir la paz. Como para que ya estén tranquilos y no haya más confrontaciones ni ataques contra los civiles.
El presidente fue muy mesurado hoy en su mañanera, a diferencia de cuando ataca a sus adversarios políticos, a la sociedad civil, a las clases medias o a los medios de comunicación. Dijo que fue una acción decidida por el gobierno mexicano. Entonces, aunque no lo aclaró, ya debe haber una orden de aprehensión contra Ovidio y no sólo la petición de que sea extraditado.
Como sea, el operativo y las detenciones de ayer, son parte de una historia que se sigue escribiendo. Detuvieron a Ovidio, pero el clima de inseguridad y el predominio de los cárteles, continúa, ahora con una fuerte dosis de temor por lo que pueda pasar.
Y para iniciados
Sin restar importancia a los hechos de Sinaloa, no debe perderse la atención sobre lo que pasa en Morelos, especialmente en materia de seguridad. Que no sirva la detención de Ovidio como un distractor del que pinta para ser el inicio de año más violento que haya vivido la entidad. Asesinatos, feminicidios y hasta una masacre. Y todavía no pasa una semana completa. En fin.
La información es PODER!!!
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