CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 5 de junio de 2023
Este lunes 5 de junio de 2023 inició la carrera del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en pos de la presidencia de la República, pero primero deberá elegir a su candidata o candidato al cargo hoy ocupado por Andrés Manuel López Obrador, y después buscar posibles alianzas partidistas, amén de ejecutar un indispensable proceso interno de reconciliación, pues quien no resulte agraciada o agraciado con la supuesta encuesta mediante la cual “el pueblo decidirá” a su preferida o preferido, quedará marcado con la huella de la derrota y el resentimiento.
Es importante subrayar que eso de la encuesta, a pesar de sus múltiples expresiones en el sentido de que no meterá la mano en el proceso electivo de Morena, servirá para maquillar la decisión de López Obrador sobre tal o cual personaje. A estas alturas del juego, es indudable que Claudia Sheinbaum Pardo, actual jefe del Gobierno de la Ciudad de México, será la candidata morenista.
Pero como en política “del plato a la boca se cae la sopa”, habremos de esperar hasta septiembre, cuando iniciará el levantamiento de la presunta encuesta. Este lunes, también, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, supuestamente se comunicará con las seis corcholatas de Morena y aliados, a fin de reunirse con ella y ellos para definir el mecanismo de elección de la abanderada o abanderado para la elección presidencial del domingo 2 de junio de 2024. ¿Seis, no eran cuatro? Eran, pero a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal ya se sumaron Gerardo Fernández Noroña (alias “El Mugres”) y Manuel Velasco, ex gobernador de Chiapas (otro experto en cash), cuadro distinguido del PVEM, aliado de Morena.
Con relación a las elecciones dominicales en Coahuila y el Estado de México se han externado miles de opiniones y escrito otros tantos de cuartillas, pero hoy quiero recalcar que a partir de este domingo comenzó la agonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la del PRD y quizás la de Acción Nacional. Los tres no acaban de decidir el mecanismo con el que su frente electoral deberá escoger a la candidata o candidato de la opositora alianza partidista a la presidencia de la República. Se supone que este mismo lunes, al mediodía, los dirigentes nacionales de esos partidos emitirían un posicionamiento al respecto, lo cual estaba en chino, ello a un año de la elección presidencial. En Palacio Nacional hay quien se carcajea de esa indefinición, pues el tiempo apremia.
Por lo demás, es indudable que Morena casi pintó de color guinda todo el territorio nacional, pues posee 23 gubernaturas, incluida la del Estado de México a partir de este domingo. Morelos está entre esas 23 entidades.
Lo anterior me lleva a recordar lo que el 7 de julio de 2000 declaró Immanuel Wallerstein al diario La Jornada. Él es sociólogo y experto en transiciones de sistemas políticos. Y vaticinó, tras el triunfo del panista Vicente Fox Quesada, que su advenimiento debía entenderse dentro de un patrón de cambios políticos ocurridos en el mundo. Es decir, fuerzas conservadoras derrotan a partidos que nacieron de luchas revolucionarias, como el PRI, después de que éstos se estancan en el poder.
Pero estos triunfos son efímeros, y los conservadores han sido derrotados pocos años después tras fracasar en mejorar las condiciones de las mayorías, y regresan al poder elementos reformados de las fuerzas políticas históricas del país. Esto último se cumplió en 2018 con López Obrador y Morena, partido cuyos cimientos son priístas. Morena, según la tesis de Wallerstein, representa ese elemento reformado de un partido que surge de una revolución o movimiento de liberación nacional, que en el caso mexicano fue el PRI. En esencia, los triunfos de Morena son victorias de ex priístas. Luego seguimos con este tema.
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