

¡ENTRE SEMANA!
14 de abril de 2021.
Eduardo Ángel Cinta Flores
Sentarme frente al teclado de mi computadora y no saber que hacer, realmente, está cabrón.
En ocasiones, presumo saber escribir y en otras, me doy cuenta de lo tanto que no sé.
Mis amigos lectores merecen respeto, me apego al comentario de la noticia diaria, de emitir mi opinión sobre las ocurrencias del momento, que son muchas, nunca he carecido de base para hacerlo. Afortunada o desgraciadamente siempre hay argumento para dar una opinión que sea fundada en lo que sucede y no caer en la ignorancia de lo que acontece.
Sin embargo, te hartas de tantas pendejadas que se dicen en el ámbito presidencial, de las pobres estadísticas de salud, de la tibieza con que se trata el asunto económico de México, de la situación en lo que respecta a la energía eléctrica, al paso triple (no doble) que se le diera a “el toro” no de Miura, mucho menos de Torres Huerta, sino a un raquítico buey acapulqueño que pretende salir airoso con el impoluto pañuelo de la autoridad electoral.
Si el instituto Nacional Electoral como órgano autónomo de la nación en su materia claudica por temor al alharaquiento reclamo de un pobre número de villa melones del presunto candidato Salgado Macedonio tratando de imbuir temor en los consejeros del Instituto, será catastrófico, México no lo merece.
Te hartas de ser espectador del declive que tu país va teniendo con el aplauso de algunos espectadores y tristemente de algún columnista o de un comentarista que no tienen fundamento pero que escriben o hablan como el burro de la flauta, con respeto a su derecho de expresión más no a su ideología, me refiero a su pobreza editorial.
No podemos sumirnos en la admisión de que un burel de bajo estirpe nos impresione al momento de verse entorilado, ¡no! En esas faenas hemos sido testigos y hemos aprendido que en el primer lugar se deja para el toro de linaje pobre y el quinto al merecimiento por su bravura a aquel que demostró tenerlos sin necesidad de presumirlos, no obstante, hay bureles que se quedan sin un lugar en el encierro, valían para puros bisteces.
Amenazar a los consejeros del Instituto fue fácil, con diatriba floja carente de virilidad y raciocinio, se expresó una vulgar y pobre amenaza que en Gobernación mereció una pobre y sarcástica llamada de atención, como decían en el jardín de niños:
“El que no se porte bien, no sale al recreo”.
Me pregunto, en ¿dónde andas Rabin? Este encierro es para una figura del toreo de las Monumentales de Madrid, de Aguascalientes y de México, como lo eres tú.
Figura con la estatura que el gran Eloy Cavazos utilizará para que, a pie, a los más bravos bovinos con ornamenta acosaron a su integridad sin importar el bufido de una res acabada, los estocará de un solo embute, ¡vamos Rabín! El respetable te aplaude y te premiará sin duda con las tres orejas y dos rabos. Y … si no, a hacer tacos de suadero.
Les dejo un abrazo con afecto.
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