CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 2 de febrero de 2023
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Lo he escrito infinidad de veces y hoy reitero que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a pesar de ser una institución del gobierno de la República, es decir de la Cuarta Transformación, cuyos principales exponentes (principiando por el presidente López Obrador) presumen ser “muy respetuosos” de los derechos humanos consagrados por nuestra Carta Magna, nunca se ha andado con miramientos frente al Ayuntamiento de Cuernavaca, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC), y los ciudadanos en general.
Cuando se trata de cortar el suministro de energía a las fuentes de abastecimiento, so pretexto de que la comuna le adeuda cantidades millonarias, dicha empresa “de clase mundial” no se tienta el corazón, ni piensa “¡ay, pobres cuernavacenses! ¡Vamos a preservar sus garantías individuales!”. Durante los días recientes días cortó el fluido eléctrico en 15 pozos del SAPAC, dejando sin servicio a alrededor de 250 mil ciudadanos.
Lo anterior provocó manifestaciones en algunas colonias, pero este miércoles la situación escaló con bloqueos en los accesos y salidas de Cuernavaca, así como en las principales arterias citadinas, por colonos inconformes, no solo contra el SAPAC por su deficiente servicio, sino también debido a lo que consideran acciones arbitrarias de la paraestatal.
La gente no entiende que el Ayuntamiento y el SAPAC le adeuden a la CFE unos 150 millones de pesos, ni que las mismas autoridades hayan dejado de pagar nueve millones por el servicio correspondiente a enero. No. Exigen, con justificada razón, agua potable.
A la multicitada paraestatal le importa un bledo la gente. Simplemente envía a sus cuadrillas a bajar cuchillas en postes y… ahí están las consecuencias: el sufrimiento de miles de automovilistas varados, así como la pérdida de miles de horas-hombre en los centros laborales y la suspensión de clases en muchos planteles, entre ellos la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
Poco después del mediodía de este miércoles, en los bloqueos iniciados desde las siete de la mañana, trascendió que el alcalde José Luis Urióstegui Salgado se había reunido con directivos de la CFE-Morelos, con quienes se comprometió a pagar tres millones de pesos de los nueve ya mencionados. De esta forma se reconectó la electricidad en los pozos y terminaron los bloqueos. Los seis millones restantes deberán ser liquidados a más tardar el viernes de esta semana, o de lo contrario la CFE volverá a cortar la energía eléctrica en las fuentes de abastecimiento.
Durante esta nueva crisis trascendieron los malos manejos perpetrados por funcionarios del SAPAC a lo largo de varios trienios municipales, pero eso se insertó en la politización del abasto de agua a la ciudadanía cuernavacense. Ahora resulta que la operación del SAPAC también sirve para el discurso impugnativo de partidos políticos, dirigido hacia quienes hoy tienen la delicada responsabilidad de ver de dónde sacan agua de las piedras para pagarle a la Comisión Federal de Electricidad. Aquí es importante subrayar lo siguiente: el Ayuntamiento no tiene recursos para liquidar los 150 millones de pesos, de la deuda global con la CFE. Ha sufrido para abonarle una lana mes a mes.
En concreto: sin el involucramiento de los gobiernos federal y estatal en el espinoso caso, el Ayuntamiento difícilmente cumplirá sus compromisos con la Comisión Federal de Electricidad. Cero y van tres crisis del agua en nuestra ciudad: una en 2018, otra en 2020 y la de este miércoles. Ya es hora de que la Presidencia de la República, la Secretaría de Gobernación y todos, absolutamente todos los legisladores federales por Morelos, se sumen a la causa por el agua en la capital morelense, sin importar la filiación política de Urióstegui. Es por Cuernavaca, es por Morelos.
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