De acuerdo con Piña Hernández, aboga por la independencia del Poder Judicial y aunque entiende que las decisiones del Pleno tienen un interés político, el papel de la Corte es defender únicamente el marco de la Constitución.
Alejada de protagonismos, la ministra considera es tiempo de que la Suprema Corte sea presidida por una mujer, y confía en la convicción de los ministros hombres para elegir a una de sus compañeras como representante del Poder Judicial.

“Quiero ser la primera mujer presidenta de la Suprema Corte. Y, si los ministros son congruentes con las resoluciones que han aprobado, deberían votar por una mujer”, dijo hace unas semanas en una entrevista para El País.
En 1984, Norma Lucía Piña Hernández se tituló con la tesis “Análisis del arbitraje. Evolución histórica y su importancia en la época actual”, de la cual no se ha encontrado otro trabajo con el mismo título, esto luego de la polémica alrededor de la Corte.
Antes de cursar la carrera en Derecho en la UNAM, se graduó en 1978, con mención honorífica, como Profesora de Educación Primaria en la Escuela Nacional de Maestros.
A partir de 1979 ingresó a la Facultad de Derecho, donde concluyó sus estudios con promedio 9.6, de acuerdo con su ficha curricular.
Tiene una amplía trayectoria dentro del Poder Judicial, y destaca su desempeño como jueza en el Estado de Morelos durante uno de los periodos con mayores niveles de inseguridad.
Hernández Piña dice conocer la presión y amenazas que sufren los juzgadores por parte del crimen organizado, por lo que una de sus prioridades es atender a juezas y jueces para mejorar sus condiciones de trabajo y con ello garantizar la impartición de justicia.
Con información de INFOBAE
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