El principal destino turístico mexicano, el balneario de Cancún, en el Caribe mexicano, afronta la temporada de «spring break», descanso o vacaciones de primavera, con la expectativa de recibir a unos 30.000 jóvenes estadounidenses.
Además, la industria turística confía en que este periodo del año se alcancen cifras de visitantes, gasto y ocupación hotelera previos a la pandemia pese a los retos de seguridad de la región y el país.
De acuerdo con la Secretaría Estatal de Turismo de Quintana Roo, donde se ubica Cancún, este año se esperan alrededor de 30.00 jóvenes estadounidenses, principalmente entre el 4 y 25 de marzo, aunque los visitantes comienzan a llegar con mayor fuerza este fin de semana, y con un gasto en el destino promedio por visitante de entre 100 y 150 dólares por día.
Los estudiantes vacacionistas principalmente de Estados Unidos y Canadá son quienes aprovechan mejor el descanso de primavera y debido a la cercanía del balneario mexicano tiene llegadas masivas.
Aunque en México es bienvenido el aporte al turismo que entregan, estos estudiantes también son reconocidos por su extrovertido comportamiento y sus fiestas interminables aunque otros son más reservados.
Entre las actividades que más frecuentan actualmente están los tours náuticos y de aventura hacia Isla Mujeres y en la laguna Nichupté, entradas a discotecas y clubes de playa, excursiones ecoturísticas a parques naturales, cenotes entre la selva y visitas a restaurantes.
El presidente de los Asociados Náuticos de Quintana Roo, Francisco Fernández, contó a EFE que los estudiantes que llegan ahora a Cancún tienen más interés en realizar actividades recreativas por las mañanas.
«Antes su agenda era así: en las mañanas hotel (dormir) y en las noches acudir a los antros, bares y barcos. Ahora hacen más actividades de día», señaló.
Actualmente está en marcha en la zona norte de Quintana Roo una campaña de información dirigida a los estudiantes de «spring break».
Como parte de esta campaña, el Consulado de Estados Unidos con sede en Mérida, Yucatán, estado vecino a Quintana Roo, difunde a través de sus redes sociales y otras vías carteles informativos donde se advierte que no está permitido transportar drogas, armas, explosivos, sustancias inflamables en los barcos que realizan el cruce entre Cancún e Isla Mujeres y Playa del Carmen y Cozumel.
El llamado «código de conducta» también es distribuido en el aeropuerto desde la llegada de los turistas, por medio de las agencias de viajes y prestadores de servicios que trabajan con grupos de springbreakers.
Después del paso del huracán Gilberto en 1988, la industria turística de Quintana Roo se enfocó en la captación del segmento estudiantil de Estados Unidos como una alternativa para recuperarse y atraer nuevos mercados.
En la etapa más intensa la zona norte de Quintana Roo, principalmente Cancún, recibía entre 100.000 y 120.000 estudiantes cada año, provenientes de estados como Nueva York, California, la Florida y Texas, pero por varios factores la cifra fue disminuyendo hasta llegar a los 25.000.
CON INFORMACIÓN DE EFE.
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