El día llegó. Aunque se preveía una sesión especial el próximo lunes para despedirlos, ante la inminente designación de sus sucesores en la Cámara de Diputados y una posible protesta de morenistas, el adiós se adelantó.
El presidente del INE, Lorenzo Córdova y los consejeros Adriana Favela, Ciro Murayama y José Roberto Ruiz se despidieron del Consejo General, después de 11 y 9 años en el INE. Así como el secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina, que renunció tras 14 años en el cargo.
Las lágrimas no se hicieron esperar, tampoco los elogios, anécdotas y agradecimientos de los consejeros que se van y los que se quedan, del PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, incluso del PT.
No así de Morena, cuyos representantes descalificaron al presidente del INE, Lorenzo Córdova, al consejero Ciro Murayama y al secretario ejecutivo Edmundo Jacobo Molina.
Esta fue la última sesión extraordinaria a la que asistieron. Ellos, junto con Adriana Favela, lo hicieron de manera presencial, mientras que José Roberto, lo hizo a distancia, como lo hace desde hace un par de meses, que decidió no regresar al instituto.
Después de 12 horas de debates, llegó el punto final: la presentación de la Memoria de Gestión Institucional 2014-2023, criticada desde mayo del 2022 cuando se informó que costaría 11.6 millones de pesos.
«Hoy la larga noche del secuestro de la democracia está por terminar. Señor Lorenzo Córdova, su gestión ha quedado manchada por su arrogancia», le soltó la diputada Julieta Ramírez, con la rabia que la caracteriza cuando acude a las sesiones del Consejo General.
Su compañero Eurípides Flores arremetió: «deja un instituto obeso, con plazas repetidas, con un marranote para el pago de liquidaciones y prestaciones para la burocracia dorada».
Más tarde agregaría que los consejeros odiados por Morena, y su pueblo, se irían al «basurero de la historia».
Favela aseguró que frente a las críticas y acusaciones está el trabajo los 365 días del año, además de la sentencias en contra de todos los partidos, por lo que nadie puede decir que no fueron neutrales.
«Nos vamos cuatro personas, pero el INE seguirá adelante, y eso les tiene que quedar claro a la sociedad. Estoy segura que el INE enfrentará con éxito todos los retos y los desafíos que se le presenten, cuenta con personal profesional y comprometido», dijo.
Enseguida, su compañero Ciro Murayama ofreció disculpas por sus formas agudas, sarcásticas y duras, y lamentó que su salida se dé en medio de un ataque por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y su partido.
Insistió en que no militará en ningún partido y se va orgulloso del papel que jugó, pues no cedió a las presiones del poder.
«Los que se quedan saben de su misión, cumplir con la Constitución. La imparcialidad no será la suma de parcialidades», apuntó.
Al agradecer a Córdova, el sentimiento lo traicionó. «Compañero de trabajo, amigo de la vida, cámara de causa misión cumplida, volvemos a nuestra casa académica», añadió.
Córdova leyó su mensaje de despedida con un nudo en la garganta, que por momentos lo obligaba a hacer una pausa.
«Espero dejar a esta institución más fuerte, más sólida, experimentada y con mayor confianza ciudadana. Les toca a ustedes compañeras y compañeros del INE continuar fortaleciendo y defendiendo a una institución clave para la existencia, garantía salvaguarda y recreación de la democracia, y nunca olviden que en esa causa no están solos.
«Larga vida al INE y a la democracia mexicana», cerró la última sesión.
Una vez que los cuatro consejeros sean electos, el presidente del Instituto tendrá 24 horas para citarlos a tomar protesta.
Se prevé que sea antes del lunes, y Córdova aseguró que acompañara a la nueva presidenta del organismo al salón del Consejo General para tomarle la protesta, y que ésta haga lo mismo con los tres consejeros que llegan.
Después, dijo, los invitará a tomar un café y acompañará a sus nuevas oficinas.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIA REFORMA.
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