PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda
Miércoles 18 de enero de 2023
Martha Rodríguez Ortiz fue asesora de tesis de la hoy ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, cuya tesis de licenciatura ha sido señalada como “una copia sustancial del contenido de la tesis presentada un año atrás por… Edgar Ulises Báez Gutiérrez”. El asunto sigue en la controversia, el litigio y el escándalo mediático.
Recientemente, Rodríguez Ortiz envió una carta al director de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón en la que reconoce haber compartido la tesis de “Esquivel Mossa a Báez Gutiérrez y seguramente a otros alumnos más… con el ánimo de que la tomaran sólo como referencia”, pero no haberse percatado que ambas terminaron siendo muy parecidas entre sí.
Esta declaración apoya los dichos y la denuncia presentada por Yasmín Esquivel contra Ulises Báez en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Pero, además, busca evadir la responsabilidad que, en todo caso, también tendría Rodríguez Ortiz, en su calidad de asesora, cuya obligación era revisar y, como fue, aprobar las tesis en cuestión, con el argumento de que los hechos ocurrieron hace como 40 años y, entonces, no existían los recursos tecnológicos como los de ahora.
Martha Rodríguez rehúye a su responsabilidad académica. El que mencione no recordar los contenidos específicos, en dos documentos tan parecidos, no es una excusa creíble. Los profesores nos damos cuenta hasta cuando los alumnos llegan a copiarse las tareas. Mucho más si se trata de documentos extensos como una tesis profesional. Quienes han tenido el privilegio y la responsabilidad de asesorar tesis de licenciatura y posgrado no me dejarán mentir, a menos que sean de los irresponsables que optan por no leer ni verificar los textos y las referencias de las investigaciones que los alumnos presentan. Hasta por la bibliografía nos damos cuenta, pues.
Resulta muy difícil creer a Rodríguez Ortiz, quien declara haber asesorado de 1983 a 2019 más de quinientas tesis, aunque en aquella época apenas contaba con cuatro o cinco años de experiencia. Como sea, no haberse dado cuenta de las similitudes entre los dos documentos de titulación y haber permitido que se presentaran habla, en forma inequívoca, de falta de dedicación, ética, profesionalismo y compromiso académicos.
En todo esto, lo cierto es que el primero en tiempo es primero en derecho. Y la tesis presentada antes es a la que asiste ese derecho de autoría. Dado el caso que nos ocupa, la desmemoriada Rodríguez Ortiz, según sus propios argumentos, no debió permitir la presentación de ninguna de ambas tesis, pues conocía el contenido de las dos.
Ni a quien irle en este escándalo. ¿A la ministra que dice que no copió, a la asesora que no cumplió con su deber o al alumno que presentó primero la tesis que su asesora aprobó? Es todo un entuerto.
Y para iniciados
Ya salió hoy por la mañana, Andrés Manuel López Obrador, como siempre, al ataque en contra de sus adversarios y a descalificar a los medios de comunicación. Y también a defender el respeto a los derechos humanos de Joaquín “el Chapo” Guzmán. Se comprometió a revisar si es posible, si está entre sus facultades, incluso ante instancias internacionales, el que el narcotraficante, condenado en Estados Unidos a cadena perpetua, sea regresado, como lo solicitó a través de sus abogados, a México.
Ahí sí, paladín de los derechos humanos de los criminales, pero ¿y qué hay de las decenas de miles de desaparecidos, de los periodistas asesinados, de los niños y los adultos que no reciben sus tratamientos contra el cáncer, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde hoy callan como momias, de su falta de respeto a la libertad de pensamiento y de expresión, entre tantos otros temas?
¡Ah!, y se volvió a enojar porque le preguntaron sobre los millones de pesos que pretendía utilizar ilegalmente y tuvo que regresar al Infonavit, así como por los compromisos que hizo y no ha cumplido.
La información es PODER!!!
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