Por Eduardo Ángel Cinta Flores – 04 de junio de 2024
En la dinámica democrática, la derrota no debe humillar, la obediencia no implica rebaja,
y ganar no constituye un acto de soberbia, así como mandar no enferma,
como bien lo expresó Carlos Castillo Peraza.
Veinticuatro años han transcurrido desde que la hegemonía retornó al poder federal en México. Este lapso ha sido suficiente para desterrar el supuesto neoliberalismo de nuestra democracia y reintroducir la autocracia en el gobierno. Si las iniciativas que desde el inicio del año aguardan en el Congreso son aprobadas, nos embarcaremos en un camino abrupto que ya creíamos superado con dolor.
Durante la conferencia matutina del jueves, el presidente concluyente de México insinuó que respetará la forma de gobierno que Claudia Sheinbaum imponga, al afirmar: “Lo que veremos hacia adelante es la continuación, con los cambios que naturalmente se producirán, de la transformación”… “Yo ya concluyo y no tendré representante”, indicando así que no dirigirá el gobierno desde fuera.
Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador, conocido por su naturaleza política astuta y a veces traicionera, ha demostrado ser el gobernante más engañoso y mentiroso en la historia reciente de México, recordándonos su icónica frase de la Chimoltrufia: “No nos hagamos tarugos, ya sabes que yo como digo una cosa, digo otra”.
En esa misma conferencia matutina, no como amenaza, sino como advertencia, mencionó que solo regresaría a la política si Claudia Sheinbaum Pardo, la presidenta electa de México, se lo solicitara en algún momento, contradiciendo lo dicho días antes de su retiro anunciado a su finca en Chiapas, donde planeaba alejarse de la política.
El 2 de junio, Margarita González Sarabia, candidata del partido oficialista MORENA, se convirtió en la primera mujer en la historia de Morelos en ser electa como gobernadora. Este resultado electoral marca un retroceso hacia el inicio de la llamada Transición a la democracia.
La Transición a la democracia en México marcó el rumbo político del país en el último cuarto del siglo XX, colocando en el centro de la agenda política el extendido clamor social por elecciones limpias, justas y competitivas. Como bien señala Woldenberg, este periodo, aunque enfocado en las elecciones, tuvo repercusiones más allá de lo electoral, impactando profundamente en el sistema de partidos y la representación política en nuestro país.
Margarita González Sarabia cuenta con el respaldo y simpatía de Claudia Sheinbaum, quien es la heredera política de Andrés Manuel López Obrador. Esperemos que no esté sujeta a la influencia que él podría ejercer sobre su gestión, fortalecido por una mayoría legislativa.
González Sarabia, licenciada en Planeación Turística por el CONEVAL, participó el viernes pasado en la conmemoración del Día de la Libertad de Prensa en Cuernavaca, evento celebrado desde hace 25 años en el monumento ubicado en la Avenida Teopanzolco, marcando su primer acto público como gobernadora electa.
Morelos, un estado con una rica historia y una vocación turística destacada, se ve beneficiado al tener como gobernadora a una experta en la materia. Además de empresaria turística, González Sarabia fue presidenta de la Asociación Estatal de Balnearios y Parques Acuáticos de Morelos y secretaria de Turismo y Cultura en la entidad.
Desde su fundación en 1941, el balneario Las Estacas ha sido un promotor del cuidado ambiental, en línea con el artículo 27 de la Constitución Política de México, que delega a estados y municipios la responsabilidad del medio ambiente. En su reserva, conocida como La Isla, se conservan especies como iguanas, ardillas, mapaches, conejos, gavilanes, búhos, tejones, zorrillos y armadillos, junto con árboles frutales milenarios como plátanos, mangos, guayabos y guamúchiles.
El 30 de abril, la gobernadora electa de Morelos se reunió con empresarios y miembros de la sociedad civil para presentar su Agenda Económica 2024-2030, destacando la agricultura, agroindustria, energía y, por supuesto, la protección del medio ambiente, promoviendo un equilibrio sostenible y crecimiento económico en todos los sectores. También se comprometió a abordar de manera integral la problemática del agua.
Durante el encuentro con los medios de comunicación locales, Margarita afirmó que su gobierno será transparente y amigable con los periodistas y reporteros, y que iniciará una nueva etapa de reconciliación en Morelos con todas las fuerzas políticas y sectores sociales.
Según los resultados del IMPEPAC, de los 33 municipios que tuvieron elecciones en nuestro estado, 8 son de la Coalición Fuerza y Dignidad por Morelos y 2 son Independientes, reflejando una diversidad casi total en las alcaldías, pero que concentran el 60% de la población morelense.
Es monumental la responsabilidad de la gobernadora electa Margarita González Sarabia en la reconciliación social. Sus proyecciones y propuestas deben abarcar a todos, erradicando el desdén político y asegurando que ningún municipio se quede rezagado en términos de infraestructura social, atención hospitalaria, distribución de medicamentos, protección de sus recursos hídricos y atracción de inversiones. Es hora de sacar al estado de las sombras en las que ha permanecido durante décadas. Este es el gran desafío que enfrenta como gobernadora, pero también para los presidentes municipales en la lucha contra la delincuencia organizada.
Como dice la marcha morelense: “Unidos como hermanos, los hijos de Morelos”.