CRÓNICA DE CINTA
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 14 de junio de 2024
En un encuentro que podría marcar el inicio de una nueva era política en Morelos, Margarita González Saravia, recién electa como gobernadora, se reunió el pasado jueves 12 de junio en el célebre restaurante “El Madrigal” de la colonia Vista Hermosa. Los distinguidos invitados fueron los ex gobernadores Jorge Morales Barud (1998-2000) y Marco Antonio Adame Castillo (2006-2012). En un gesto de transparencia y apertura, Margarita compartió en su cuenta de Twitter las palabras que sintetizan el encuentro:
“Esta tarde compartí reflexiones con los ex gobernadores Marco Antonio Adame Castillo y Jorge Morales Barud. Juntos abordamos los desafíos que enfrenta nuestro estado. Es crucial que todos los actores políticos y sociales unamos fuerzas para avanzar hacia el bienestar de nuestro pueblo”.
Es interesante destacar que Morales Barud, gobernador por el PRI entre 1998 y 2000, sucedió a Jorge Carrillo Olea, destituido tras un juicio político luego de apenas cuatro años en el cargo, debido a vínculos de su administración con el crimen organizado. Por otro lado, Marco Antonio Adame, representando al PAN, encabezó el gobierno estatal durante el período 2006-2012.
Sin embargo, más allá de los vínculos políticos, este encuentro evoca la memoria de Lauro Ortega Martínez, quien gobernó Morelos de 1982 a 1988. Similar a Margarita, Lauro Ortega adoptó un estilo de gobierno cercano al territorio, evitando el encierro en los despachos gubernamentales. Su práctica de pernoctar en las comunidades, al igual que Lázaro Cárdenas, es registrada en los “Apuntes” del general, publicados por la Nueva Biblioteca Mexicana (UNAM 1972, tomo III). Este enfoque le permitía identificar directamente las necesidades y preocupaciones de la población.
La gobernadora electa también ha demostrado habilidad para construir puentes con diversos sectores. Recientemente, se reunió con el obispo Ramón Castro, líder de la Diócesis de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Este gesto subraya su disposición a dialogar con actores clave, incluidos aquellos con influencia significativa en la esfera política y social del estado.
Sin embargo, la historia nos enseña que mantener estas relaciones requiere un equilibrio delicado. Varios de sus predecesores buscaron el apoyo del prelado al inicio de sus mandatos, solo para enfrentar desafíos y conflictos posteriores.
Estamos a la espera de la estructuración completa del gabinete de Margarita, tanto en términos legales como ampliados. Este próximo paso revelará aún más sobre la orientación de su gobierno y su compromiso con una administración inclusiva y transparente. Es fundamental que esta apertura no se vea comprometida por compromisos previos o presiones indebidas para otorgar cargos.
En resumen, Margarita González Saravia está sentando las bases para un gobierno que promete ser inclusivo y receptivo a diversas corrientes políticas. Su enfoque en el diálogo y la apertura podría definir una nueva era para Morelos.